Una rara ocasión donde el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, deja abierta la puerta a su intimidad, durante los preparativos para la entrega del Premio Nobel.
Sin duda, una estrategia de relaciones públicas para disminuir la distancia y rigidez que genera su estatus, frente a buena parte de los colombianos que cuestionaron abiertamente el motivo por el cual está recibió el Premio Nobel de la Paz.
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