22 Noviembre, 2018

Reputación en crisis: el costoso silencio de Raúl Gorrín y su efecto sobre Globovision

La reputación del magnate venezolano Raúl Gorrín está hecha añicos.

Mientras escribimos este artículo sobre la situación de Gorrín, dueño y presidente del canal de noticias Globovision, la cuenta Twitter de ese medio continúa disparando cada cuatro minutos tuits sobre temas diversos.

Ninguno de esos trinos ha hecho referencia a la denuncia que, por corrupción y lavado de dinero, se hizo contra Gorrín desde el lunes 19 de noviembre en una corte de Miami, Estados Unidos.

Ni Gorrín, ni el canal venezolano, han desmentido la acusación hecha por la fiscalía estadounidense.

El canal tampoco ha cubierto la confesión que en el mismo juicio hizo Alejandro Andrade, extesorero nacional durante el mandato de Hugo Chávez, admitiendo el lavado de al menos US$ 1.000 millones.

Andrade señaló a Gorrín como cómplice, y desde ese momento el empresario se ha visto en el epicentro de una crisis de reputación que se acrecienta con cada segundo de silencio que pasa.

¿Qué puede hacer Gorrín en medio de esta crisis? ¿Qué debería hacer Globovisión frente a este escándalo que rodea a su presidente?

 

El costoso silencio de Gorrín

Palabras más o palabras menos, el silencio que mantiene Raúl Gorrín desde el día cuando se hizo pública la denuncia, funciona como una confesión.

Si sus socios, allegados o colaboradores, mantenían algunas esperanzas de desmontar la matriz opinión creada en torno a la acusación, estás son ahora casi inexistentes.

Aquí habría que agregar que Gorrín ya contaba con una reputación marcada: el magnate adquirió Globovision a través de una transacción nada transparente, que levantó muchas suspicacias, las cuales se acrecentaron cuando el empresario transformó la línea editorial del canal de noticias, de abierta confrontación contra el régimen chavista, en una blanda y autocensurada aproximación a la crisis del país.

La denuncia de la fiscalía estadounidense, basada en pruebas y el testimonio principal de Andrade, confirmaron una percepción existente en muchas personas vinculadas con el juego de poderes en Venezuela, quienes encontraban obvias conexiones entre Gorrín y figuras clave del chavismo.

Sin un comunicado oficial en su nombre, rueda de prensa o video testimonial, pareciera que Gorrín ha escogido una suerte de huida imposible.

Buscado por la justicia de Estados Unidos, señalado por exfuncionarios del régimen chavista, Gorrín tiene pocos lugares donde deambular sin bajar la mirada, incluso en Venezuela, donde pudiera no temer un escenario de deportación, dadas las tensas relaciones EEUU – Venezuela.

Y dado que el crimen, aun cuando afecta al Estado venezolano, no esta siendo juzgado en el país, hasta el momento no hay autoridad en Venezuela que lo esté buscando.

El magnate pudo optar por decir que abandonaba la presidencia del Globovision, para enfocarse en su defensa ante las acusaciones. Con ello buscaría librar al canal del escándalo, y continuar su lucha personal para defender su marca personal, su nombre.

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Sin embargo, Gorrín se encuentra en un callejón sin salida, y estas 72 horas de silencio le han dinamitado lo que le quedaba de reputación.

La pregunta que cabe en este momento es qué hará Globovision, un canal de noticias que se mantiene negado a ver un escándalo del tamaño de un elefante sentado en la entrada del canal.

 

Qué puede hacer el canal

Las redes sociales y los espacios informativos y de opinión de Globovision se mantienen disociados del escándalo que rodea al canal.

Incluso periodistas ancla de algunos de los programas estelares, y que son tenidos en algunos sectores de la opinión pública como independientes, se han plegado a la estrategia de negación.

Este es la opción equivocada. No hay manera de hundir la cabeza en la arena, esperando que la tormenta pase, si es una noticia donde tu marca y tu logo figura en los medios nacionales e internacionales en un contexto tan negativo.

No solo el canal de televisión pierde credibilidad -algo letal teniendo en cuenta que es un medio exclusivamente informativo- sino los espacios y periodistas que allí laboran.

Para Globovision es impostergable realizar un pronunciamiento corporativo donde fije posición sobre lo ocurrido, las acciones que se están tomando para que el canal no se vea afectado por el proceso que se le sigue a Gorrín y una reafirmación de su compromiso con la noticia, su deber de informar.

En cierta forma, sería una oportunidad para recuperar algo del terreno perdido luego del dramático cambio de línea editorial.

La salida de Gorrín de la presidencia del canal luce como paso siguiente en medio del descalabro. Le quitaría a Globovision un enorme peso de encima, aligeraría el clima interno entre empleados, y mejoraría la percepción frente a sus audiencias externas.

El silencio en una crisis, o lo que se conoce popularmente como “mantener un bajo perfil”, es uno de los errores más comunes y costosos en la crisis. Las reputaciones y los negocios se mueren con el silencio.

Si quieres conocer más sobre casos de crisis de reputación y cómo enfrentarlos, escríbenos a info@monitoramericas.com y con todo gusto te atenderemos.

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