13 Marzo, 2019

Crisis en Venezuela mancha la reputación de la marca Hawkers

La crisis en Venezuela está arrasando con todo en el país, incluyendo la reputación de marcas que cuidadosamente han tratado de desvincularse de ese entorno, como es el caso de Hawkers.

La marca de lentes de sol alcanzó popularidad internacional luego de convertirse en la empresa más joven en alcanzar la portada de la revista Forbes España.

El motivo era obvio: contar con el logro de vender más de 4,5 millones de gafas de sol en 50 países, incrementando su facturación de €300 a €100.000.000 en solo tres años. ¿Cómo lo lograron y qué tiene que ver la crisis en Venezuela con un startup español?

 

El auge

La historia de ensueño de Hawkers comenzó en 2012 con cuatro jóvenes emprendedores en España (Iñaki Soriano, Pablo Sánchez Lozano, y los hermanos David y Alejandro Moreno), que fueron lo suficientemente perseverantes como para insistir en su proyecto, a pesar de lo poco halagüeño de su inicio.

Confiar, esperar y una buena estrategia de marketing en redes sociales, son las claves que Hawkers suele dar como secreto de su éxito.

Sin embargo, poco se habla de que el verdadero disparador del extraordinario crecimiento de facturación estuvo la entrada de un quinto elemento: Alejandro Betancourt, actual CEO de la empresa y socio principal.

Betancourt, un joven empresario venezolano, se incorporó al proyecto en el 2016 con una inyección de capital de €50.000.000 para apuntalar la internacionalización de la marca, generando una ola de gran expectativa en medios empresariales de España.

 

La caída

Los problemas para Hawkers comenzaron cuando en Venezuela comenzaron a desarrollarse investigaciones periodísticas que dieron con Alejandro Betancourt como socio de una empresa llamada Derwick, la cual recibió multimillonarios contratos del régimen del difunto Hugo Chávez, para actualizar y potenciar el sistema eléctrico del país.

Las averiguaciones demostraron casos de corrupción por montos astronómicos, que evidentemente dieron una explicación a la inyección que posteriormente realizaría Betancourt en Hawkers.

De acuerdo con el prestigioso portal Armando.info, cuando en el 2010 Chávez decretó la emergencia energética, Derwirck logró beneficiarse -sin licitación- de 12 contratos para obras eléctricas por un monto que se acerca a US2.500 millones.

Las investigaciones indican que los fondos fueron legitimados por Derwick a través de paraísos fiscales e inversiones, particularmente en España, entre ellas Hawkers.

 

La crisis actual

El caso de Derwick pudo pasar como otro caso más de corrupción. Sin embargo, el 8 de marzo de este año el sistema eléctrico de Venezuela colapsó completamente, dejando al país sin luz durante casi una semana (al publicar este artículo aún hay zonas sin servicio eléctrico).

La falta de electricidad generó una crisis en Venezuela de proporciones apocalípticas: los venezolanos se quedaron sin agua, telecomunicaciones, acceso a medios de pago, alimentos, trasporte. Solo los hospitales que contaban con plantas de emergencia pudieron funcionar por pocos días.

La falta de agua y comida generó saqueos y violencia en las calles, dando pie a largas jornadas de actos vandálicos.

Decenas de muertos y pérdidas mil millonarias por la falla del sistema eléctrico pusieron en evidencia el impacto de los contratos con Derwick, así como otras tantas operaciones entre el régimen chavista y empresas como Odebrecht.

De inmediato surgieron cuestionamientos directos en redes sociales, dirigidos al CEO de Hawkers por su conexión en Derwick.

Una popular periodista deportiva de Venezuela, Mari Montes, colocó en su cuenta en Twitter: “Cuando usted usa anteojos @HawkersCo usa lentes manchados de sangre”.

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En paralelo, muchos usuarios de esta red comenzaron a promover un boicot a la marca, y acciones de protesta en las tiendas, desarrollando imágenes como la que ilustra este artículo (publicada por la cuenta Twitter de @tommonasterios ).

Cuando se conoció que Alejandro Betancourt iba a participar como ponente en unas jornadas para emprendedores, organizada por la Escuela de Negocios y Centro Universitario (ESIC) en España, las redes sociales se encendieron con comentarios de protesta a las cuentas de esta universidad.

La presión llegó al punto que ESIC tuvo que anunciar públicamente que Betancourt había sido eliminado del evento.

La reputación de Betancourt y de Hawkers entraron en crisis.

 

Lo que viene

La situación de la marca Hawkers está ligada a la crisis en Venezuela. En la medida que ese proceso tenga nuevos picos de tensión, irremediablemente habrá referencias negativas hacia este emprendimiento internacional.

De igual forma, las denuncias sobre Derwick pueden tener nuevos elementos, lo cual traerá cuestionamientos sobre los recursos que convirtieron a Hawkers en lo que es.

Como escudo protector para su reputación, la empresa ha apostado por una gigantesca inversión publicitaria en todos los países donde opera, apoyándose en contratos con influencers y famosos del mundo den entretenimiento y del deporte (como Paula Echevarría, Luis Suárez y Leo Messi) para utilizarlos como imagen de la marca.

Es difícil prever si esa estrategia de marketing aguantará la crisis en Venezuela. Sin embargo, el problema para Hawkers es desprenderse del efecto que Betancourt -CEO de la empresa- tiene sobre la marca.

Aún más impredecible es la reacción que tomen los usuarios de redes sociales, en especial los venezolanos, quienes han encontrado en Hawkers un blanco accesible para denunciar y atacar la corrupción del régimen en Venezuela. Esta crisis de reputación está en desarrollo.

 

Artículo desarrollado por Elías García Navas @egarcianavas

Si quieres conocer más sobre casos de crisis de reputación y cómo enfrentarlos, escríbenos a info@monitoramericas.com y con todo gusto nos pondremos en contacto contigo.

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