14 Marzo, 2018

5 razones para explicar por qué López Obrador va ganando la carrera presidencial en México

¿Está preparado México para recibir a Andrés Manuel López Obrador como próximo presidente?

Si no lo está, más vale comenzar a hacerse a la idea, toda vez que su estrategia y la de sus adversarios, están dándole una sólida opción de triunfo en las elecciones previstas para el venidero 1 de julio.

“Entre las 10 encuestas que se publicaron entre noviembre y diciembre, todas dicen que va a ganar López Obrador”, indica el politólogo Leo Zuckermann en entrevista con el HuffPost.

Y la tendencia se mantiene hasta ahora. El candidato del partido Morena se ubica en 38%, Ricardo Anaya (alianza PAN, PRD, MC) con 27 y José Antonio Meade (PRI, PVEM,PANAL) con 22.

Sumado a eso, AMLO (como los medios y sus seguidores llaman a López Obrador) acaba de pasar una nueva prueba de fuego durante la Convención Bancaria 2018, realizada la semana pasada en Acapulco.

Según asistentes al evento, la comunidad bancaria y empresarial si vio gratamente sorprendida por la posición del candidato de izquierda.

¿Qué está funcionando en la campaña del eterno aspirante a la presidencia mexicana?

 

1 Está más cerca de Lula que de Chávez

López Obrador, de 64 años, aprendió. Del discurso agresivo de sus campañas en el 2006 y 2012, AMLO suavizó su discurso, dejando atrás sus semejanzas con el fallecido líder de la revolución bolivariana en Venezuela, Hugo Chávez.

En la movida de izquierda latinoamericana, a López Obrador se le comparó con Chávez, y también con el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Esta edición 2018 de AMLO es más parecida a Lula.

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AMLO asume un estilo más conciliador, como el expresidente Lula da Silva.

Eso se hizo evidente en su intervención ante la dura audiencia que lo esperó en la Convención Bancaria 2018. López Obrador les aseguró no tener un programa de nacionalizaciones ni expropiaciones.

Ofreció respetar los contratos petroleros para exploración y explotación de yacimientos en México, los cuales han atraído la atención de grandes capitales.

De ser electo, anunció que tampoco habría aumento de impuestos o cambios en el marco jurídico.

No es de extrañar que la reacción del empresariado esté siendo más que receptiva.

“Entre sus apoyos más cercanos está Alfonso Romo, del Grupo Monterrey, uno de los más importantes del país, a quien López Obrador encomendó coordinar el Proyecto Alternativo de Nación”, cuenta un reporte de The New York Times.

 

2 Tiene un eje de campaña claro y letal

En las experiencias previas como candidato presidencial, AMLO terminó enfrentándose con el descomunal poder del PRI, y fue barrido.

Esta vez, la cuestionada e impopular gestión de Enrique Peña Nieto (PRI), le abrió un claro eje de campaña para estar en sintonía con un electorado asqueado por los escándalos de corrupción.

Así lo reseña el especialista en procesos electorales Salvador Borrego:

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Borrego resalta el nivel de desaprobación hacia Peña Nieto.

En esta oportunidad, la campaña de AMLO gira en torno al daño que la corrupción ha hecho al país, y cómo ha hecho metástasis en el Estado.

Su estrategia ha sido denunciar los casos de corrupción de la gestión de Peña Nieto, y darle continuidad a la estrategia de acusaciones desatada entre los candidatos que se encuentran en segundo (Ricardo Anaya, PAN) y tercer lugar (Meade, del PRI).

 

3 Aprovecha los errores de sus adversarios

Por sorprendente que parezca, el mejor aliado de López Obrador está siendo la visceral campaña negativa del PRI contra el joven Anaya.

Pareciera que el foco del equipo priista no es promover su candidato, algo cuestionable teniendo en cuenta que es un tecnócrata sin carrera como político de calle. En vez de eso, el norte parece ser destruir al candidato panista.

Esto se ha hecho evidente a través de las acciones del propio gobierno de Peña Nieto. En una insólita actuación de la Procuraduría General de la República, obviando procedimientos oficiales, se acusó a Anaya de lavado de dinero. Adicionalmente, una comisión del PRI solicitó a la OEA que difundiera los supuestos delitos del candidato.

Por su parte, Anaya también ha cometido errores clásicos. El candidato panista asumió su defensa como centro de su campaña en este momento. Con ello abandonó su propia agenda de campaña, y se enfrascó en la agenda que le puso el PRI.

Esta guerra PRI y PAN sencillamente anula a sus respectivos contendores.

De hecho, lo que pudo ser uno de los grandes escándalos contra AMLO (la selección como candidato al Senado del polémico líder de los trabajadores mineros, Napoleón Gómez), no pudo ser explotado cabalmente por sus rivales, porque la acusación en contra de Anaya copó la atención de la opinión pública.

 

4 Apuesta por el sentido del humor

Ante las acusaciones de recibir financiamiento de Rusia, el equipo de AMLO optó por desestimar tal señalamiento utilizando el sentido del humor.

“Ahora soy Andrés Manuelovich”, comentó en el video de respuesta.

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AMLO utiliza el humor como arma de marketing político.

Su precampaña también tuvo un giro relajado e ingenioso, burlando las restricciones legales que impedían mencionar el nombre de los candidatos a la presidencia antes que comenzara oficialmente la campaña electoral.

En diciembre, Morena lanzó en tv la propaganda “Estaríamos mejor con ya sabes quién”, en la que ciudadanos con perfil clase media y baja abordaban temas como el costo de la vida, la inseguridad, falta de empleo, rematando el clip con el slogan de la campaña que sin mencionar a AMLO, lo hacía evidente.

 

5 Benditas redes sociales

Para AMLO las redes sociales “son una bendición”, porque han permitido revertir las campañas en su contra, como lo hicieron en el 2016.

Con las campañas anteriores, su equipo ha sabido desarrollar comunidades alrededor de las redes sociales vinculadas al candidato.

De los tres principales contendores, López Obrador destaca con 3.5 millones de seguidores en Twitter y 2.4 millones en Facebook; seguido de José Antonio Meade con 1 millón en Twitter y poco más de 300 mil en Facebook, y Ricardo Anaya con 400 mil en Twitter y 900 mil en Facebook.

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Según su estudio de Robert Hernández, académico de Matemáticas de la Universidad Iberoamericana que está monitoreando la actividad en las redes durante la precampaña , AMLO cosecha 55 % de los comentarios en las redes sociales, mientras que Meade y Anaya se quedan en 25 % y 12 %, respectivamente.

En el plano negativo, López Obrador recibe 10.9 % de comentarios como “mal”, “corrupto” o “ignorante”; pero sus adversarios se encuentran muy cerca de ese nivel (Anaya con 10.8 % y Meade 9.6 %).

De acuerdo con la revisión hecha con el auditor digital TwitterAudit, 43 % de los seguidores de López Obrador en Twitter son falsos o llevan meses inactivos, mientras que los de Anaya representan 39% y los de Meade 25%.

Al parecer, todas las piezas están encajando en el rompecabezas de López Obrador, mientras los meses avanzan sin que se produzca un quiebre de su liderazgo.

¿Se sumará el belicoso estilo de Trump como el sexto elemento favorable al marketing político de AMLO, un hombre que pudiera darle un nuevo aire a la izquierda latinoamericana?

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